Si existiera una guía para la felicidad asegurada, aún así la mayoría no lograría alcanzarla.
Los que no gustan de leer, no se tomarían la molestia de leerla. Los rebeldes, por naturaleza no harían lo que se indicase. Los comerciantes sólo verían interés en reproducir más números y venderlos a mayor precio. Los consumidores sólo lo comprarían por no ser quienes se queden sin obtenerlo. Los eternos enojados con la vida dirían que es un insulto pues, según ellos, la felicidad no existe. Los educadores probablemente sólo lo leerían para comentarlo ante sus alumnos procurando que cambien sus vidas sin ellos cambiar las suyas. Los deportistas la rechazarían pues es mejor conseguir las cosas con sudor y esfuerzo que consiguiéndolo de un texto...
Aún, si nos dieran la posibilidad de ser felices en una caja de papel, sigue siendo nuestra decisión sacarla o dejarla ahí.
Siempre es nuestra decisión.
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